Sin conciliación no hay jubilación
La hucha de las pensiones se vacía. Pero el trabajo estable parece que se penaliza. Al abandonar voluntariamente mi empresa no tengo derecho a paro. Eso está claro. Pero si encuentro un trabajo temporal con el que ir tirando cuando acabe el contrato tampoco podré cobrar ninguna prestación a no ser que en el periodo de los últimos 6 años haya cotizado al menos 360 días en una empresa diferente de la que me he ido. ¿De que me sirve llevar 16 años cotizando, 12 de ellos en la misma firma? Los 4 años que he trabajado en otros puestos ¿no valen para nada? Además, en el caso de que consiguiera reunir esos 360 días me corresponderían tan solo 4 meses de paro de los cuales 1 iría a parar a Hacienda cuando hiciera la declaración.
A estas alturas del discurso hay quién me podría decir: Pues no te cojas excedencia. Bien pensado. Seguiría con mi sueldo mil eurista con el que tendría que pagar a una persona que estuviera de 06:30 a 16:00 al cargo de mis hijas. ¿Compensa? Y no me refiero solo a la parte emocional y a esa estúpida manía que tienen los padres de estar con sus hijos, si no que matemáticamente tampoco salen los números. ¿Hipoteca, luz, agua y cuidadora con poco más de 1.000 euros? ¿Cómo se supone que haremos frente a la extravagante costumbre de comer?
La hucha de las pensiones se vacía. Y aún hay a quién le extraña.